
Me pregunto de qué color son tus ojos. Ellos que nunca me miran saben algo de mí mientras yo me desconozco tantas veces. A menudo me roban el corazón anudado a este otro lado del espejo. Mi respiración entrecortada me hace sentir que estoy vivo pero el salto hacia ellos es demasiado grande y caigo a los pies de la noche rodando una vez más oscuro y frío. Ellos que nunca me miran ven colores que yo ignoro en la lejanía. Saben de ésta tristeza mía y éste dolor que enmudezco. Sin mirar, nunca se cierran. Sin mirar, nunca los veo. Por eso me pregunto de qué color son tus ojos.