23 diciembre 2006

Mis saludos

El destino siempre es curioso. Hoy me ha vuelto a llevar a ti. Después de tanto tiempo sin palabras, después de inviernos y jardines floridos, después.

Y una vez más la magia. Y una vez más nos pensamos al mismo tiempo, yo dudando entre el frío y la niebla, tú nadando en lagos entre volcanes. Hace un año… ¿O hace tres? No recuerdo la fecha, pero sí las hojas doradas de los árboles, La Frontera, El Gernika en la pared del mundo. Hoy quise buscar de nuevo la orilla de la mar. Sin querer, quise pensarte. Y fui a tu casa para dejar el aire de mi presencia. Pensé en un color verde, pensé en recuerdos, pensé en hermosos e intensos momentos de un invierno pasado. Pensé tanto que al llegar a casa no me sorprendió oler tu perfume, ver tus zapatos en el pasillo, recoger las palabras que dejaste tendidas en el cuarto como se dejan las sonrisas en los parques al sol. Sigo sin saber de qué color son tus ojos. Pero me siento igual de cercano a ti que cuando me lo preguntaba.