29 diciembre 2002

Estoy buscando el momento que perdí hace tiempo.
No se si dormirá bajo estas piedras
o en el suspiro que las ramas de tus manos
dejaron escapar un día
gris y frío
cuando el mar golpeó el espacio
y tú mirabas queriendo mis palabras.

Se hizo de color celeste el aire.
Se besaron las flores en sus estancias de nieve.
Se armaron de valor los recuerdos,
las hadas, y los pensamientos.

El mundo creció, lo sabes,
mientras la tarde pasaba
y aquel olor de viento inconsistente
se convirtió en amor,
y en días,
y en pasos sigilosos de cerezos floreciendo.

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