Una luz sola, lejana,
un punto débil sobre el oscuro mundo.
Un camino duerme sin pisadas.
Negro paisaje de nada y silencio,
estrellas frías.
A lo lejos aúlla un perro
y un rumor de hojas agitadas
golpea los vidrios de la noche.
Y miro esa luz lejana pensativo
mientras su pálida fuerza me estremece,
y el eco de la nada inmensa
se instala en mí como un escalofrío.
Como un escalofrío.
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