Una luz sola, lejana,
un punto débil sobre el oscuro mundo.
Un camino duerme sin pisadas.
Negro paisaje de nada y silencio,
estrellas frías.
A lo lejos aúlla un perro
y un rumor de hojas agitadas
golpea los vidrios de la noche.
Y miro esa luz lejana pensativo
mientras su pálida fuerza me estremece,
y el eco de la nada inmensa
se instala en mí como un escalofrío.
Como un escalofrío.
29 diciembre 2002
Estoy buscando el momento que perdí hace tiempo.
No se si dormirá bajo estas piedras
o en el suspiro que las ramas de tus manos
dejaron escapar un día
gris y frío
cuando el mar golpeó el espacio
y tú mirabas queriendo mis palabras.
Se hizo de color celeste el aire.
Se besaron las flores en sus estancias de nieve.
Se armaron de valor los recuerdos,
las hadas, y los pensamientos.
El mundo creció, lo sabes,
mientras la tarde pasaba
y aquel olor de viento inconsistente
se convirtió en amor,
y en días,
y en pasos sigilosos de cerezos floreciendo.
No se si dormirá bajo estas piedras
o en el suspiro que las ramas de tus manos
dejaron escapar un día
gris y frío
cuando el mar golpeó el espacio
y tú mirabas queriendo mis palabras.
Se hizo de color celeste el aire.
Se besaron las flores en sus estancias de nieve.
Se armaron de valor los recuerdos,
las hadas, y los pensamientos.
El mundo creció, lo sabes,
mientras la tarde pasaba
y aquel olor de viento inconsistente
se convirtió en amor,
y en días,
y en pasos sigilosos de cerezos floreciendo.
08 diciembre 2002
Quiero hablar de aquellas gotas
que cayeron
cuando conocí tus manos
caminando sobre las letras de mi cariño.
Mojaban de nuevo tu mirada
mientras las olas
rompían la lejanía,
el horizonte delgado
rojo y mudo
que a menudo sientes
desde tu balcón.
Hoy llueve como entonces
y tus manos siguen presas
en mi te quiero.
Y tus pasos en el malecón.
Y las olas rompen instantes
de no saber en qué creer,
mientras mueren pájaros
y cuerpos caminan
sin destino,
sin sol,
sin ruido.
Y tu lluvia no los moja.
que cayeron
cuando conocí tus manos
caminando sobre las letras de mi cariño.
Mojaban de nuevo tu mirada
mientras las olas
rompían la lejanía,
el horizonte delgado
rojo y mudo
que a menudo sientes
desde tu balcón.
Hoy llueve como entonces
y tus manos siguen presas
en mi te quiero.
Y tus pasos en el malecón.
Y las olas rompen instantes
de no saber en qué creer,
mientras mueren pájaros
y cuerpos caminan
sin destino,
sin sol,
sin ruido.
Y tu lluvia no los moja.
04 diciembre 2002
Quiero tus besos
en esta estancia transparente
que me limita.
Las gotas caen lentamente
buscando caminos que las inspiren,
como notas de trompetas
y un saxofón que suena
en mis pensamientos.
Los hombres se han recogido,
las aceras duermen,
las luces se multiplican
mientras escucho mi propio silencio
y mi aliento cae a tus pies.
Y voces dulces, desconocidas,
golpean las manos que te describen.
Y pienso en ti,
te recuerdo,
y quiero tus besos.
en esta estancia transparente
que me limita.
Las gotas caen lentamente
buscando caminos que las inspiren,
como notas de trompetas
y un saxofón que suena
en mis pensamientos.
Los hombres se han recogido,
las aceras duermen,
las luces se multiplican
mientras escucho mi propio silencio
y mi aliento cae a tus pies.
Y voces dulces, desconocidas,
golpean las manos que te describen.
Y pienso en ti,
te recuerdo,
y quiero tus besos.
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